Oraron a Yaveh, a Jehova
oraron y pidieron a todos los dioses conocidos y por conocer,
a Dios, pero nada pasó
al principio,
nada pasó
Luego vino el incendio
sintieron el fuego,
no lo vieron,
les abrazó la hoguera
y no conocieron caldero.
Alguién se percató
lo vió en el otro
sus ídolos se quemaban
en su pecho,
y en el suyo propio.
No hay vuelta atrás.
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