miércoles, 15 de abril de 2015

El Bardo: Las ciudades en la luna

A todos nos toca alguna vez en la vida una visita a las ciudades en la luna, así fue decretado desde su colonización como método para mantener una permanente relación con la isla flotante que nos rodea; esta vez me toco a mí. Un maravilloso viaje en cohete hasta la sonrisa celeste no puede ser cosa ligera, de poco impacto, sentir con cada conteo regresivo una emoción en el corazón que calienta como el cohete a punto de despegar, es algo para inventar palabras.
En la luna hay dos ciudades una en el cara brillante llamada “Luma” donde se ubican todas las personas dedicadas a la subsistencia de la Luna y otra en la zona oscura llamada “Ego” donde están los científicos estudiando el espacio y la Tierra. Los visitantes somos alojados en Luma, no hay hoteles pero la hospitalidad lunenze es insuperable, me quede en casa de una familia estupenda que me llenaron de preguntas sobre la Tierra y muy agradables atenciones comenzando con una estupenda cena a la luz de la Tierra en unas terraza con techo transparente muy comunes en Luma.
La arquitectura es cuando menos sorprendente, debido a la falta de gravedad caprichosas formas se levantan sobre la faz de su orbe. Las casas por nombrar de alguna manera estas edificaciones misteriosas eran como suspiros multicolores, eran estructuras maleables que permitían a sus habitantes cambiar sus paredes simplemente modelándolas con las manos, empujando y desplazando adecuan el espacio de acuerdo a sus necesidades oportunamente. Todas ellas están interconectadas por una red de túneles de maravilla, transparentes en algunos lugares y de colores en otros que van de manera superficial. Estos contienen bicicletas para desplazarse colocadas en rieles para evitar que el vehículo salga por el aire.
El carácter natural del lunenze es meditativo y protocolar, como no hay fricción que disminuya tu accionar hay que pensar bien cada movimiento para evitar un duro golpe, esto es aplicado en todos sus ámbitos, tanto en lo social como en lo económico. Por esto sus servicios políticos como embajadores extraterrestres siempre son apreciados por su imparcialidad y espíritu cauto. Ego con mucha frecuencia es utilizada como base de reuniones para resolver conflictos entre los países y comunidades en la Tierra, además porque que la vista de la Luna hacia la Tierra hace notar la falta de fronteras dibujadas en su superficie.
La agricultura es modesta pero muy rica en variedad, Luma ha sido utilizada como un banco terráqueo de todas las semillas recogidas por los investigadores de la Tierra en una especie de barca de Noé, además de conservar un extenso y muy completo archivo del adn de las especies vivas y extintas. No suelen haber grandes festines de comidas pero la alimentación es pública y gratuita servida a toda hora en grandes salones comunes entre las casas, todos contribuyen con algo de su preparación y sin distinción son colocadas entre grandes mesones.

En los últimos días de mi estadía trabe amistad con una hermosa lunenze, su piel era brillante de un tono perlado y con unos gigantescos ojos verdes que curiosos me estudiaban me paralizaba sin poder hacer más que sonreír. Hablábamos con frecuencia de los paisajes de la Tierra y me escuchaba con una impresionante atención, luego yo le preguntaba por su familia y costumbres lunares mientras nos tomábamos un exquisito té sentados en la terraza espacial de su casa. Me sorprendió mucho que no manejaran en Luma ni en Ego el concepto de familia como algo nuclear, para ellos la familia son todos y todas las cosas.