He visto un recital de Blanca Haddad, he quedado movido y he querido hacer una nota de mi experiencia escuchándola leer sus poemas y escuchar con atención a los otros.
Blanca vive en Barcelona, España, está de visita en Caracas, ella es tropipunk. Ella lee un poema y vibra como un trueno enamorado, potente y dulce a la vez. Sus palabras tienen trazos de negro marcador, que la dejan desnuda, con poco espacio para la mentira y denota un funambulismo por donde camina en el verso, un camino por la cuerda, un abismo al error.
Es difícil escribir sobre alguien que lee poesía, y más a alguien como Blanca que forma parte de mi imaginario, esto es así desde que vi su pintura en el año 99 de Rómulo y Remo siendo amamantado por una loba, no encuentro la imagen de este cuadro para escribir de ella, tendré que remitirme al recuerdo. Busco información extra para tratar de describir lo que mi falencia con las palabras no me permite y me encuentro con un video de un performance de Blanca. Comienza el video, sale ella con una humilde ropa de color azul, del que suelen usar los mecánicos, tiene bigotes, el pelo recogido y un fuerte cinturón. En la primera escena golpea duramente el muro con la correa. El muro contiene sus dibujos hechos con técnica graffiti durante la acción. Son rostros deformes, anónimos, con múltiples ojos y expresiones de dolor. Culebras salen de sus ojos y ella los fustiga con su correa bañada en pintura haciendo un trazo con violencia, se siente la piel del muro como la humana. Es una metáfora del machismo y el dolor, una muestra de una costura en nuestra cultura, madre hermana e hija, a menudo son deprimidas por el macho en ascenso.
Lee un poema sobre Caracas, está nerviosa, alguien le acerca una cerveza. Y empieza "Caracas es una novia loca.
Te ama como nadie te ha amado.
Te besa, te lame, te abraza,
luego te jala los pelos,
te grita, te atropella
y llora
"… su voz tambalea, siente cada palabra, siento cada palabra y aunque estás sean barcos destinados a naufragar parece que algo llega a puerto. La presencia de la bipolaridad de esta ciudad que me vio nacer está en cada negra letra sobre el blanco papel de los múltiples poemas que nos regala Blanca, tiene una carpeta llena de papeles con un aparente desorden, que se desmiente cuando encuentra lo que busca y entona su voz.
Reviso su blog buscando más información para entender mejor la experiencia vivida, desde que lo encontré lo sigo con fidelidad (https://tropipunk.wordpress.com/). Me dicen mucho sus dibujos, las formas de sus figuras no se inscriben en ningún canon estudiado, son libres como las palabras que sangran en sus telas. Sus mujeres son caprichosas, se visten como quieren, posan como quieren y se extienden hasta el borde. Culebras y calaveras son sus acompañantes, sus personajes son invadidos de lagrimas espirituales.
Sus pinturas tienen un dulce gusto por el color que contrasta con el duro motivo de las poses de sus personajes. Estos están muy conectados con el autorretrato, del retratarte a través del otro, de la pose del otro. Tiene mucho de diario de secretos, secretos de la sociedad, secreto a voces, en ellos nos reflejamos los que no están en los periódicos, paradoja del vida erotismo y muerte. La X que no anula sino que pertenece y se expresa nos recuerda que aún quien está a la izquierda del cero existe y es valioso.
Ahora nos lee un poema titulado "Farrah" donde nos confiesa que ella también tiene algo de árabe y de todo un poco, ella es Caracas en carne, lee frenética con esa voz y esos rulos que la identifican como una confesión de su ser, identidad que siempre huye para encontrar. Siento que fallo que no lo lograré, no podre decir con palabras como se experimenta a Blanca leyendo sus poemas, mi fracaso es su triunfo.