Pasos y pasos por la ciudad, veo mis zapatos y
pienso en el poema que leí hoy tratando de darle sentido a lo que veo. ¿Cómo
interpretar mis pasos como míos? ¿Estoy aquí o en ese poema en mi mente? He
llegado a la parada, me siento y cierro los ojos. En la oscuridad me veo,
siento mi inmensidad y mi incomprensión por mis piernas aumenta, existo más
allá de ellas, ver esto es mi libertad.
Nuevos anuncios económicos en la t.v. pública y
viendo a un presidente hablando me hace pensar en que siempre son ellos contra
nosotros, ellos son el estado, lo estático, nosotros la sociedad, lo dinámico
destinados a esa eterna dialéctica. Pienso en la imagen de medio cuerpo con un
micrófono entre manos y rápidamente lo transformo en un borroneo del rostro,
imagino que esta imagen esta en la prensa, imagino que recorto esta imagen, la
raspo con una moneda y le quito el rostro, este es el rostro de todos los
rostros de nuestros carceleros, de los estandartes de lo estático. Pienso que
esa imagen mental es mi libertad y lo imagino con un rostro montado de Mickey
Mouse pero pudiera ser cualquier nimiedad porque ellos en sí mismo no existen
solo son una representación del poder, para poder existir en él a él se deben.
Entro en el metro en hora pico (hora en que todos
salen, la misma para que los prisioneros nos acostumbremos a nuestras cadenas),
todas las caras, todos los olores se me hacen abstractos, los desnudo en mi
mente y pienso que no somos tan hermosos o atractivos como creemos, pero es una
manera honesta de apreciar nuestra belleza, no somos los cánones que nos
venden, desnudarlos en mi mente me libera de esta ficción, de la tentación de
creer que podemos ser la propaganda de cerveza o cigarro o peor aún la de
alguna aseguradora. Los veo agotados y mal apretados en sus ropas y me imagino
corriendo desnudo por los cacaotales de Sepe; pensarme así es mi libertad.
¿Cómo interpretar nuestra realidad? ¿Cómo entender
nuestro presente? ¿Es real o es otra jugada más de la alienación de darnos algo
que suene cierto para tranquilizar nuestro ego, darle confianza en que puede
ser algo limitado como un concepto? La alienación es el sistema que nos permite
expresarnos, existimos fuera de él pero para existir debemos actuar y para ello
nos servimos del sistema. Nos persigue la alienación como la sombra caprichosa
de Peter Pan o quizás es al revés, esa materialización es nuestra ficción y
nosotros somos la sombra que danza alrededor de la idea de nosotros y lo que imagina
los demás que somos. Esta parece ser nuestra cárcel más férrea, escapar de lo
que los otros piensan de nosotros puede dejar a cualquier mago fuera de acción.
Esa es la verdadera prisión, los otros.
Converso con un amigo de los peligros de lo estático
y me dice que no me preocupe que vamos caminando, que estamos en un proceso, y
con esto me señala la otra prisión de los bardos: la esperanza de la movilidad
de la sociedad. De ser esto cierto no hubiese expresiones como estamos en 2014
y todavía pasa…, podremos estar en el 2099 y tendremos los mismos problemas de
1400 porque la solución, la felicidad, el problema, la meta no esta afuera eres
tú; pensarme una persona, saberme ajeno a la sociedad es mi libertad.
Primera hora en la oficina y no estoy, nunca estoy
en mi mente, me pregunto donde andaré, quizás un cometa nos impacte y ya no
tenga que pensar al respecto… Y aparece la imagen de ese cometa estrellándose
sobre mi ciudad arrasando con una nube de fuego y ceniza toda evidencia de
civilización. Se quemará la tierra y comenzara todo de nuevo, pensar en esa
destrucción es mi libertad.
Jorge Mitzuro Da Silva Hernández.